sábado, 22 de febrero de 2014

¡Qué es lo que hemos hecho, que el pueblo no tienen pan, ni tiene techo!





Al grito de ¡Qué es lo que hemos hecho, que el pueblo no tienen pan, ni tiene techo! Lucía Albarrán y su cuadro flamenco denunciaron la noche del pasado viernes las desgracias y atropellos que sufre el pueblo. Con contenido poético recitado y una cuidada puesta en escena, este nuevo espectáculo ideado por Lucía tiene mucho que decir y que aportar a la escena flamenca actual, tan vacía de contenido y de compromiso social. El arte flamenco ha tenido siempre un componente de denuncia, de grito, de lucha, de dolor, que ha servido para sacar la pena de la vida. No deberíamos olvidar esta faceta en el flamenco, que debe seguir viva y avivarse más.

Pudimos escuchar poemas de Mario Benedettí Por qué cantamos, Ángel González, Miguel Hernández, Aceituneros o del propio recitador, Alberto Caride, que fue introduciendo los poemas al comienzo de los bailes de Lucía. Baile por seguiriyas, tangos y bulerías se intercalaron con el cante por tanguillos, soleá por bulerías y alegrías de El Cardueli y Agustín Garnés, cerrándose con la canastera que creó Camarón de la Isla, mientras Lucía portaba un canasto cual gitana vendedora, uno de los oficios tradicionales de los gitanos. La percusión de Luis Rodríguez estuvo muy fina, como el toque de guitarra de El Chispita, y el baile de Lucía brilló por su calidad, flamencura, pasión y perfecto compás. Está en forma Lucía Albarrán, y eso nos hace muy felices. 
                      
Cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota

                              


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